Toma el sol poco a poco y con precaución
Toma el sol siempre de forma muy progresiva y con precaución. Empieza con sesiones de 15 a 20 minutos y aumenta gradualmente, sin superar nunca exposiciones de dos horas seguidas. No intentes alcanzar un bronceado de golpe o tu salud y tu pile se resentirán.
Utiliza siempre un producto con factor de protección solar (FPS) mínimo de 30 y otro más elevado para la cara y otras zonas sensibles. Aplícalo abundantemente media hora antes de empezar a tomar el sol, aunque esté nublado, y repite el proceso cada dos horas, y siempre después de cada baño.
Sigue usando fotoprotector solar aunque esté nublado o estés bajo una sombrilla. Ten en cuenta que también pueden afectarte los rayos del sol que se reflejan en la arena o en el agua, o los que traspasan la tela de la sombrilla y las nubes.
En la playa, extrema la precaución en las zonas de tu cuerpo más sensibles al sol: cara, orejas, cuello, calva, hombros, escote, manos y empeines de los pies. Utiliza también protección en los labios con barras fotoprotectoras. Protege especialmente las cicatrices y las áreas de piel que puedas tener dañadas o con heridas.